Swatch es el nombre del reloj de moda «Swatch», asà como del «Swatch Group», el fabricante de relojes suizo y el fideicomiso de relojes.

La historia de Swatch
La primera piedra de la compañÃa Swatch se puso en 1983. En ese momento fue el pico de la crisis del cuarzo y los dos mayores fabricantes de relojes suizos, la ASUAG y la SSIH, estaban cerca de la quiebra. La situación en ese momento era dramática: de 1977 a 1983 las exportaciones de relojes suizos se redujeron a la mitad en términos de valor, la cuota de mercado mundial cayó del 43 al 15 por ciento, en pocos años en la industria relojera suiza se eliminaron más de 50.000 puestos de trabajo y la plantilla se redujo en más de 90.000 personas a menos de 40.000. Y esto a pesar de que la tecnologÃa del reloj de cuarzo acababa de desarrollarse en Suiza y se habÃa perfeccionado constantemente en una carrera creativa entre las empresas competidoras. En este punto ASUAG y SSIH tuvieron que darse cuenta de que sólo medidas drásticas podrÃan impedir la venta de tan prestigiosos fabricantes de relojes como Longines, Omega y Tissot a empresas extranjeras.
Juntos, ASUAG y SSIH invitaron a Nicolas Hayek, el director general de la empresa consultora de gestión Hayek Engineering, a llevar sus negocios bajo el microscopio. Entre varias protestas Hayek sugirió algunas reformas básicas y fusionó ASUAG y SSIH a una compañÃa llamada SMH. (1998, el SMH fue renombrado a Swatch Group.) Hayek y sus socios de diferentes compañÃas suizas se hicieron cargo de la mayorÃa de las acciones, el propio Hayek era el director gerente de SMH, y la producción y comercialización de los nuevos relojes pudo comenzar.
Para hacer frente al reloj de cuarzo barato japonés, se creó un reloj de plástico muy caro, pero colorido, rebelde y de moda, y su producción fue en gran parte automatizada: el Swatch Watch. El nombre «Swatch» significa «Reloj Suizo» y fue contratado a «S’watch». Con este reloj el movimiento se montaba directamente en el fondo de la caja; la caja era impermeable y no se podÃa abrir. Pero la verdadera clave del éxito de la Swatch no era la tecnologÃa, sino el marketing propagado por Hayek. El mensaje del reloj era, según Hayek: «En primer lugar, la más alta calidad. Segundo, un precio bajo. Y tercero, la provocación de la sociedad.»
El Swatch, que era sencillo, pero producido en muchas variantes llamativas, atrajo predominantemente al público joven y se convirtió en una tendencia, que se extendió internacionalmente muy rápidamente. En los primeros 21 meses se vendieron 3,5 millones de Swatches, y en su 20º cumpleaños ya se lanzaron 2.500 modelos y se vendieron 300 millones de piezas.
El éxito de Swatch supuso un regreso apenas esperado para la industria relojera suiza; pero también permitió que el SMH (o Swatch Group) se hiciera cargo de una serie de empresas tradicionales de larga tradición en el ámbito de la relojerÃa mecánica, por ejemplo, Blancpain, Breguet o los fabricantes de movimientos Ebauche Frederic Piguet y Nouvelle Lemania, y les garantizara, a largo plazo, estabilidad y seguridad. Premio de reloj, lÃnea de buzos Prospex LX